Cosmética Natural de Comercio Justo. Para cuidarte cuidando

Frascos con aceites esenciales utilizados en cosmética natural

¿Sabías que la piel es el órgano más grande del cuerpo? Además, juega un papel muy importante en elmantenimiento de nuestra salud y nuestro bienestar: protege nuestro organismo de elementos externos (bacterias, sustancias tóxicas, etc.) y regula nuestra temperatura. Por eso merece la pena hacer un esfuerzo para cuidarla y para mantenerla hidratada y sana.

Pero... ¿Aplicarías sobre un órgano con sus dimensiones y con funciones tan relevantes sustancias perjudiciales para tu salud? No parece muy prudente, ¿verdad?

Sin embargo, lo hacemos a diario, y sin tener conciencia de las consecuencias que implica, cuando utilizamos ciertos cosméticos convencionales, pues en muchas ocasiones están repletos de sustancias potencialmente tóxicas.

Parte de esas sustancias se quedan en tu organismo, pero otra buena parte acaba yéndose por el desagüe y altera el equilibrio del medio ambiente.

Tóxicos más frecuentes en los productos cosméticos

Uno de los tóxicos más habituales en cosmética son los aceites minerales, como la parafina, derivados del petróleo que obstruyen los poros e impiden la transpiración. Forman parte de la lista de ingredientes de muchas cremas y, aunque dejan una sensación de suavidad e hidratación en la piel, a la larga contribuyen a deshidratarla.

Otro producto muy utilizado son los parabenos, unas sustancias de síntesis que se utilizan como conservantes para prevenir la aparición de hongos y bacterias. El principal riesgo que implica su uso es que tienen efectos estrogénicos debido a que su estructura es similar a las hormonas femeninas, lo cual algunos estudios vinculan a una mayor incidencia de cáncer de mama.

En champús y geles de baño es frecuente el uso de sulfatos, que funcionan como detergentes y espumantes. El problema es que son muy agresivos con la piel, muy irritantes.

Dejan sensación de limpieza porque eliminan toda la capa de grasa que cubre la piel… Pero esto no es nada positivo, sino todo lo contrario, pues a medio plazo provocan desequilibrios y efecto rebote, es decir, una mayor cantidad de grasa.

Los protectores solares convencionales, suelen llevar filtros químicos, que son un gran número de sustancias -mexoryl, trolamina, oxibenzona o helioplex, entre otras muchas- que penetran en la piel y que pueden provocar alergias y generar radicales libres. Además, al no ser biodegradables, sus activos se desprenden en el agua y son perjudiciales para la fauna y flora marina.

Ingredientes naturales y, en su mayoría, de origen vegetal

Planta de aloe vera

Hasta aquí, un recorrido de lo que la cosmética convencional esconde... Lo bueno: ¡hay alternativas!

Los ingredientes de la cosmética natural son tanto o más eficaces que los de la cosmética convencional, carecen de efectos secundarios y son respetuosos con la flora y la fauna. Además, la mayoría de ellos son de origen vegetal, lo que los hace aptos para las personas veganas y para las que, en general, respetan a los animales.

Los productos de Cosmética Natural certificada no deben incluir en sus fórmulas ni conservantes, ni colorantes ni derivados del petróleo. Sí están permitidas sales inorgánicas y ciertas materias primas obtenidas de minerales. Pero ni las fragancias ni los colorantes sintéticos, siliconas ni parafinas tienen cabida en estos productos.  

Tampoco se han testado nunca en animales, ni siquiera antes de que entrara en vigor en 2013 la ley que prohíbe esta práctica.

Entre los ingredientes naturales que están presentes en nuestra cosmética natural de Comercio Justo destacan la manteca de karité, los aceites de argán, de rosa mosqueta y del árbol del té, el aloe vera y la moringa.

Antes de contarte más acerca de sus propiedades, queremos que sepas que se trata de productos certificados por ECO-CERT, o por  BIOVIDA Sana, sellos independientes que garantizan a las personas consumidoras que se trata de productos de cosmética natural. 

La manteca de karité tiene un gran poder hidratante y nutritivo. Está indicada para pieles secas e irritadas y para aliviar los eccemas y las molestias derivadas de la exposición al frío y al calor. Además, posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. 

El aceite de argán hidrata profundamente la piel y aporta elasticidad y regeneración celular gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales y vitamina E. También le va muy bien al cabello y a las uñas, ya que les proporciona fortaleza, brillo y suavidad.

El aceite de rosa mosqueta es un extraordinario agente hidratante y regenerador. Por eso va extraordinariamente bien no solo para atenuar las marcas de expresión, sino especialmente para tratar las cicatrices.

Por su parte, el aceite del árbol del té es conocido por ser un magnífico antiséptico, fungicida y antivírico. Está indicado para combatir el acné, las verrugas, los hongos de las uñas y las afecciones de la piel. Además, previene la aparición de piojos si se echan unas gotas en el champú habitual.

La particularidad del aloe vera es, por su parte,que regula la grasa de la piel, por lo que es adecuado tanto para las pieles grasas como para las secas. Asimismo, es estupendo para regenerar la piel tras los baños de sol y para aliviar las quemaduras.

Por último, la moringa combate el exceso de grasa en la piel, a la vez que nutre, hidrata y estimula la regeneración celular. También posee propiedades cicatrizantes y unifica el tono de la piel.Mujer africana extrayendo la manteca del fruto del karité

Cosmética sana, natural… ¡y de Comercio Justo!

Pues ya conoces las propiedades de algunos de los ingredientes de los productos cosmética natural que tenemos en nuestra tienda.

¿Se puede pedir más? Sí, ¿verdad?

Que su producción y su comercialización contribuyan al bienestar y al desarrollo de las comunidades en las que se producen sus ingredientes. En otras palabras, ¡que sean de Comercio Justo! Como sabes, eso supone que han sido producidos respetando los derechos de las personas trabajadoras y el medio ambiente, sin explotación infantil y garantizando la igualdad entre hombres y mujeres, entre otros requisitos.

 ¿Quieres saber de dónde viene cada uno? Aunque en próximos posts te hablaremos más en detalle de estas organizacions de Comercio Justo, aquí puedes saber un poco más de ellas.

La manteca de karité procede de la cooperativa de mujeres Nununa, formada por cerca de 5.000 mujeres de 48 pueblos de la región de Sissili y Zirto en el sur de Burkina Faso.Para estas mujeres la recogida y procesado del karité es fundamental porque les dota de una fuente de ingresos extra y sobre todo de una fuente de independencia respecto a sus maridos.

Productoras aceite de argán de Comercio Justo

El aceite de argán se produce en la cooperativa Tighanimine, integrada por una pequeña comunidad berebere cerca de Agadir (Marruecos), que gracias al Comercio Justo puede luchar contra la analfabetización femenina, mediante el mantenimiento de una escuela.

La asociación de mujeres Durazno, de Temuco (Chile), provee a los fabricantes de nuestra cosmética de aceite de rosa mosqueta y la organización Koofa, formada por unas 500 familias de Kenia, les proporciona aceite del árbol del té. Guatemala es el país de origen del aloe vera de Comercio Justo a través de la cooperativa Extractos Vegetales, mientras que la moringa viene de Tanzania gracias a la organización Africrops.

Si deseas conocer todos los productos de cosmética natural para tu cuidado facial, el cuidado de tu cabello, jabones, champús, cremas para tu cuidado corporal que tenemos disponibles, puedes pasarte por nuestra tienda en c/Gaztambide 50 (<M>Moncloa/Islas Filipinas, Madrid) o asomarte a nuestra tienda online.

Y si quieres conocer en profundidad cada uno de ellos y a las personas y colectivos que hacen posible que lleguen a tus manos, ¡no pierdas de vista este blog!

 

 

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