Protégete del sol... ¡con justicia!

Todos somos conscientes de lo importante que es (y cada vez más) proteger nuestra piel del sol, y no solo en verano. Pero, ¿te has planteado alguna vez que esa crema para el sol que llevas años aplicándote puede no ser la más adecuada? 

En otro post de nuestro blog, ya te explicamos por qué es bueno apostar, en general, por la cosmética de origen natural. Pero, en el caso de los protectores solares, esta cuestión cobra aún más importancia. ¡Ojo! no estamos menospreciando ni rechazando, por supuesto, la cosmética convencional, pero es cierto que, muchas veces, no nos cuentan todo lo que puede conllevar. 

Filtros químicos y filtros físicos

Los protectores solares convencionales suelen llevar varios filtros químicos, que son unas sustancias -oxibenzona, mexoryl, helioplex o trolamina, entre otras muchas- que penetran en la piel y que pueden generar radicales libres y alergias. Además, al no ser biodegradables, sus activos se desprenden en el agua y son perjudiciales para la fauna y flora marinas.

Sin embargo, nuestros protectores solares de Equimercado llevan filtros físicos, que funcionan como espejos que reflejan las radiaciones solares y no penetran en la piel -por lo que no provocan ningún tipo de reacción adversa ni alergia-. De hecho, solo incorporan como filtro el dióxido de titanio, que es biodegradable y, por tanto, respeta los ecosistemas marinos. 

¿Qué es el factor de protección?

Igualmente, tendemos a prestarle mucha atención al factor de protección (SPF) y procuramos que sea un 50 o un 50+ -también conocido como “pantalla total”-, pensando que, con eso, estamos completamente protegidos. 

Sin embargo, el SPF lo que realmente indica es la cantidad de radiación que absorbe el protector solar, pero sin seguir una proporción aritmética. De esta forma, por ejemplo, una crema con un SPF 50 absorbe un 98% y una con un SPF 30, un 96,7%. Por lo que, lo realmente importante es aplicarla cada media hora, más o menos, o si se ha permanecido cierto tiempo en el agua.

Origen natural y de Comercio Justo

Además, nuestro protector solar incluye aloe vera procedente de AMB Wellness (AgroMayal Botánica), que agrupa distintas cooperativas de México y favorece el desarrollo y una mejora de la calidad de vida de los productores locales y de sus familias.

Por otra parte, el valioso aceite de argán que incorpora llega tras un proceso de recolección y extracción que realiza la Cooperativa Targaine de mujeres bereberes de Marruecos, según principios de Comercio Justo. Antes de participar en esta labor, muchas de las mujeres tenían prohibido por sus maridos trabajar, o se encontraban marginadas por ser viudas o divorciadas. Hoy, la agrupación les permite ganar un salario con el que mejoran su calidad de vida y la de sus hijos, además de realizar e impulsar programas de alfabetización y planificación familiar.

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