¡No aceptamos REBAJAS en Derechos Humanos!

Esto no para. Tras el Black Friday y el periodo de compras navideñas, ya están aquí…¡las rebajas de enero!. 

Para muchas personas estas semanas son el momento del año elegido para renovar el armario a precios bajos.

¿Qué tal si las convertimos en una oportunidad para reflexionar sobre nuestros hábitos de compra y, sobre todo, en un momento para pensar en las personas que fabrican nuestra ropa?.

La oscura realidad del sector textil

El sector de la moda es uno de los más globalizados del mundo, y también uno de los más problemáticos en términos de derechos laborales. En muchas fábricas, especialmente en países en desarrollo, las personas trabajadoras (en su mayoría mujeres) enfrentan condiciones precarias:

Trabajadoras textiles en una fábrica de Camboya

•    Jornadas laborales extenuantes: Turnos de 12 horas o más, horas extra no remuneradas...
•    Salarios de pobreza: Lo que ganan no alcanza para cubrir sus necesidades básicas.

•    Entornos laborales peligrosos: Desde maquinaria y fábricas sin las mínimas condiciones de seguridad hasta exposición a sustancias tóxicas.

•    Represión de derechos: Muchas veces, las personas no pueden organizarse sindicalmente o denunciar abusos sin temor a represalias.

Estas condiciones son el resultado de un sistema que prioriza la reducción de costes por encima de los Derechos Humanos, especialmente en temporadas como las rebajas, donde la presión por producir rápido y barato aumenta.

El Impacto de los residuos textiles

Además de las condiciones laborales, el sector de la moda genera un enorme impacto ambiental. El impacto de la producción y transporte de prendas a lo ancho y largo del globo merece un capítulo aparte. 

¿Y qué decir de los residuos de ropa? 

Cada año, millones de toneladas de ropa terminan en vertederos o incineradores:

•    Desecho masivo: Se estima que el equivalente a un camión de ropa se incinera o se envía a vertederos cada segundo en el mundo. La exportación de ropa considerada de segunda mano a países del Sur global es también un problema grave: gran parte de lo que se vende es ropa en malas condiciones que termina desechada en vertederos informales o directamente en las calles, ríos y playas debido a la falta de sistemas de gestión de residuos eficientes. Aquí puedes ver una imagen de la costa de Ghana en Accra.

•    Materiales no biodegradables: Muchas prendas contienen fibras sintéticas como el poliéster, que pueden tardar cientos de años en degradarse.

•    Contaminación del agua: El uso de tintes tóxicos y el lavado de prendas sintéticas liberan microplásticos y químicos nocivos en los ecosistemas acuáticos.

Este modelo de "usar y tirar" no solo afecta al planeta, sino también perpetúa la explotación de recursos naturales y mano de obra barata, dejando una huella insostenible.

“Pensar” y “Comprar”: dos acciones compatibles

Antes de lanzarte a la “caza y captura” de descuentos, te invitamos a plantearte estas preguntas:

  1. ¿Realmente necesito esta prenda? Revisar nuestro armario con calma antes de llenarlo de prendas nuevas puede ayudarnos a poner el foco en lo que necesitamos de verdad, y distinguirlo de compras impulsivas más caprichosas. Comprar menos y de forma más consciente puede parecer un gesto sin un impacto global grande, pero es un ejercicio interesante y, por qué no, ¡también bastante liberador!

  2. ¿Quién hizo mi ropa? Investiga las marcas, tira del hilo e infórmate (¿en qué país producen? ¿hay forma de conocer mejor su compromiso -o no- con la transparencia y con una elaboración más sostenible y respetuosa?.

    En este proceso de reflexión, puede ayudarte asomarte al trabajo de la Campaña Ropa Limpia, coordinada por SETEM a nivel estatal. En su página web encontrarás recursos e informes interesantes sobre el impacto de la moda. (los relacionados con Shein y con el análisis del impacto de la moda aérea seguramente te darán información que igual no imaginabas).

  3. ¿Cómo afecta mi compra al planeta y a las personas? Recuerda que el impacto medioambiental y social de una prenda es enorme, desde los cultivos de las materias primas hasta su confección… ¡y más allá!  

¡Marquemos la diferencia!

Activistas de la Campaña Ropa Limpia exigen salarios dignos ante una tienda de H&M

Como personas consumidoras, tenemos el poder de exigir cambios y apoyar alternativas más éticas:

•    Dale una segunda vida a la ropa (¡tuya y ajena!): Compra de segunda mano, repara, reutiliza, intercambia… En SETEM organizamos talleres relacionados con el reciclaje y reparación textil de vez en cuando. Si te interesa seguirles la pista, dínoslo y te informaremos.

•    Opta por alternativas responsables y sostenibles: Prioriza aquellas que garanticen salarios dignos, seguridad laboral y producción sostenible. ¡En tiendas de Comercio Justo como la nuestra encontrarás alternativas interesantes! Y además las propuestas van más allá de las clásicas camisetas. ¿Sabes que tienes opción de elegir desde calcetines para empezar el día con buen pie hasta ropa interior, vestidos, pijamas, gorros o complementos?

¡Ah! y Un pequeño recordatorio que aplica tanto a la ropa como a otros muchos productos de consumo cotidiano: tu compra no puede ser sostenible si no respeta los Derechos Humanos.

•    Apoya campañas como la Campaña Ropa Limpia: Infórmate de iniciativas y campañas que luchan por la dignidad laboral en el sector textil y necesitan tu apoyo para generar impacto y transformar la realidad de la industria textil

Esta temporada de rebajas, recuerda que cada compra es una elección que afecta a personas y al planeta. Al pensar en el origen de nuestras prendas, damos el primer paso hacia un sistema más justo y solidario.

¡Puedes marcar la diferencia con tus elecciones! 

Vístete despacio, no tengas prisa y...Porque vestirnos no tiene que ir de la mano con vulnerar Derechos Humanos. 

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